En la confluencia de la escultura y la historieta.
La predilección del autor por el género de la historieta, profundamente arraigado en la cultura argentina, acabó impregnando su imaginario y poco a poco el espíritu de la historieta se fue insinuando en su trabajo.
Una obra en volumen que visualmente se aproxima al mundo del cómic, construida a partir de pequeños y evocadores detalles que componen la puesta en escena de sus personajes. Los cuerpos y los rostros de sus singulares figuras se hacen elocuentes, dialogan con el espectador en una connivencia lúdica.
Forchino interpreta la comedia humana en clave de humor e ironía.